El calzado femenino es sin duda uno de los fetiches mas antiguos en diversas culturas y sociedades. Un fetiche inofensivo que estimula los sentidos tanto de quien los porta, como de quien los observa.
Michael Antonio dice: "Una mujer nunca tiene los zapatos suficientes" y nosotros creemos que nunca es suficiente a la hora de seducir.
Los tacos altos actúan como remodeladores del cuerpo afinando los tobillos, marcando la musculatura de muslos y pantorrillas y provocando una curvatura mayor a la altura de la cintura en la columna vertebral, lo cual provoca que los glúteos se observen más provocativos.
La pasión por los zapatos va más allá de su función.
Los zapatos son símbolos, como la posesión, la identidad, la feminidad y hasta el poder, mostrando la personalidad de quien los lleva. El calzado habla por sí mismo de quien lo porta, habla de su status, de sus características personales tales como: prolijidad, higiene, sentido del gusto , dice mucho de la personalidad de quien lo usa.
Dice Linda O’Keeffe: “Psicológicamente, los tacones le permiten marcar el paso en lugar de seguirlo, una mujer normal y corriente se transforma en una vampiresa capaz de conseguir que los hombres caigan rendidos a sus pies. (...) Físicamente, a una mujer le es imposible encogerse si lleva tacones, éstos la obligan a erguirse, a adoptar una pose, ya que anatómicamente su centro de gravedad se desplaza hacia adelante. La parte inferior de la espalda, la espina dorsal y las piernas parecen alargarse y el pecho se yergue, las pantorrillas y los tobillos se realzan y es como si las bóvedas de los pies fueran a echarse a volar en cualquier momento”.
Simplemente unos buenos zapatos de taco convierten a una mujer en: UNA TENTACION IRRESISTIBLE.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario